Media Maratón Ávila Monumental 2015: Patrimonio del corredor popular

Las bajada final por la Ronda Vieja. Foto: Carlos Velayos

En muchas ocasiones la diferencia entre una buena carrera y una gran carrera son los detalles. La tercera edición de la Media Maratón Ávila Monumental (MMAM) no escatima en detalles. La prueba, celebrada el pasado 4 de octubre, reúne todo lo que el corredor demanda para convertirse en una cita marcada en rojo en nuestro calendario de runners. Para empezar, se disputa en un marco inmejorable como es Ávila, una pequeña ciudad amurallada que puede presumir de ser una de las quince localidades españolas Patrimonio de la Humanidad. Tiene además un recorrido exigente, plagado de subidas y bajadas, con muy pocos metros llanos, muy sufrido, pero que deja en el corredor una agradable sensación de reto superado una vez que cruzas la meta.
La carrera está muy bien organizada por el Club de Atletismo Ecosport y la colaboración de más de 200 voluntarios, además de policía local y protección civil. Cuenta con un recorrido perfectamente delimitado, medido y señalizado, y buenos avituallamientos líquidos intermedios (el último incluso con rodajas de naranja). Dispone además de un gran ambiente en su segunda mitad, a medida que se acerca y adentra en sus murallas del siglo XII, con calles repletas de público como el espectacular paso a la altura de la iglesia de San Vicente que recuerda, salvando las distancias, al de una etapa de montaña del tour de Francia.

Atención al corredor
Estos pocos detalles harían de esta prueba una buena carrera, pero donde consigue la excelencia la Media Maratón Ávila Monumental es sin duda en el trato que la organización dispensa al corredor. Para abrir boca, contamos con dorsales nominales (no recuerdo una carrera en la que tantos desconocidos hubiesen gritado tanto mi nombre), que se entregan un día antes o el mismo día de la carrera, y que van acompañados de una generosísima bolsa del corredor. La misma incluye una camiseta técnica y bolsa de deporte conmemorativas, así como garbanzos, membrillo y pastas de la zona, galletas y algo de bollería. A estos manjares hay que añadir un copioso avituallamiento final en meta con agua, bebida energética o refresco, grifo de cerveza artesanal, bollo preñado, plátano, membrillo, bollería y más naranja.
Y por si todo ello no es suficiente, hay que sumar las numerosas facilidades para participar en la prueba, que muchos organizadores lamentablemente olvidan, pero esta Media Maratón Avila Monumental no. Desde un servicio de guardería infantil con talleres y actividades para los hijos de los corredores inscritos; un autobús gratuito de la meta a la salida o hacia el polideportivo que alberga las duchas; servicio de guardarropa; liebres con globos -más bien banderas- por tiempos; servicio de masajes; salida tardía (10:30) para facilitar la llegada de corredores desde fuera de la provincia; y un económico menú abulense del corredor (con entrecot o chuletón) en una quincena de restaurantes de la ciudad.

No hay que olvidar tampoco la música en vivo en la meta; una buena web y presencia en la redes sociales para difundir todo lo que rodea a la prueba; con vídeos de salida y meta; una pequeña feria del corredor con charlas deportivas y un concurso fotográfico para incentivar a que el público se eche a la calle e inmortalice o anime el paso de los corredores. Todo por un económico precio de 11 € (15€ si se efectúa en el mes septiembre). En definitiva, un sinfín de detalles que hacen que la carrera vaya ganando cada año que pasa adeptos, pues las cifras así lo demuestran ya que en las dos últimas ediciones la participación ha ido aumentando, superando los 1.000 finisher, cuando la antigua media maratón de Ávila que se celebraba en mayo apenas reunió a 267 atletas en 2012, su última edición.

Recorrido rompepiernas
Paradójicamente, el único inconveniente que puede impedir que esta media siga incrementando su participación cada año es la dureza de su recorrido, pues se trata de una carrera rompepiernas, muy accidentada. Aunque quizá no tiene cuestas tan largas y pronunciadas como la subida a El Pardo de la Media de Fuencarral o duras como la cuesta Aisa de la Media de Latina, tiene una mayor cantidad de desniveles, con continuas subidas y bajadas, prácticamente desde el kilómetro cinco por lo que su dificultad es igual o mayor que las medias citadas. A esta dureza hay que sumar varios tramos adoquinados que machacan los gemelos, por lo que es complicado llevar un ritmo uniforme y hacer grandes marcas.
La Media Maratón Ávila Monumental parte de uno de los símbolos de la ciudad, la pequeña ermita de San Sebastián, conocida como Los Cuatro Postes, que data del siglo XVI y cuyo origen es incierto, pues algunos consideran que se construyó para rememorar el lugar donde encontraron a Teresa de Jesús y a su hermano Rodrigo cuando huyeron para sufrir martirio en tierra de moros. Y es que la vida de Teresa de Jesús, mística, escritora y fundadora de la orden de las carmelitas descalzas, está estrechamente ligada a la ciudad de Ávila y mucho más este año cuando se conmemora el quinto centenario de su nacimiento en la ciudad amurallada. Y la propia carrera no podía ser menos y, al igual que hicieron Los Simpson en uno de sus capítulos, toda la carrera rinde homenaje por los sitios vinculados a la figura de esta copatrona de España, siguiendo también sus huellas.
La prueba comienza pues a la altura de los Cuatro Postes, junto al hotel homónimo donde se recogen los dorsales, con las impresionantes murallas de Ávila al fondo. La salida es bastante limpia, pues parte de una carretera lo suficientemente ancha para absorber a los más de 1.000 corredores que inician la prueba. Los primeros 500 metros son de bajada, hasta llegar al puente de la Avenida de Madrid, sobre el río Adaja, que bordea parte de las murallas. Después, el trazado gira a la derecha por la carretera de Burgohondo, alejándose paulatinamente de las murallas, con unos primeros 500 metros que pican hacia arriba, aunque luego se transformaron en lo más llano que encontraremos en toda la prueba. El recorrido sigue por la calle de Abdalá el Rico, enlaza de nuevo con la carretera de Burgohondo, para enfilar la larga avenida de Juan Pablo II hasta la altura de la Plaza del Descubrimiento (pasado el segundo kilómetro).

La prueba en este punto sigue alejándose de las murallas y toma el paseo Nuestra Señora de Sonsoles y después la avenida de los Derechos Humanos. Al llegar a la calle Gardenia vuelve a poner rumbo hacia las muralla, pasando por la calle Radio Nacional de España y cruzando el estrecho puente del Sancti Espíritu, sobre el río Chico. Hasta este punto habremos completado cuatro kilómetros que, aunque no son del todo llanos, son bastante favorables, teniendo en cuenta lo que vendrá después.
Tras cruzar el puente y realizar un par de giros, tomaremos la calle de las Cinco Villas y luego volveremos a situarnos en la avenida de Juan Pablo II. Este cuarto kilómetro empieza a mostrar signos de dureza con dos repechos de unos 400 metros que preceden a una de las rampas más duras de la carrera. Ésta se sitúa en la calle de la Luna, con 450 metros y un desnivel cercano al 4,5%. Superado este primer aviso, la prueba nos lleva por la calle de Santa Fe hasta el segundo monumento de esta media, el Real Monasterio de Santo Tomás, construido a finales del siglo XV bajo el mecenazgo de Hernando Núñez de Arnalte, tesorero de los Reyes Católicos y que también fue residencial real. Tras superar el monasterio, pasado el sexto kilómetro de la prueba, los 500 metros de la bajada de la calle Perpetuo Socorro nos llevarán a completar el primer tercio de la carrera. En los dos siguientes kilómetros, del 8 al 9, desandaremos parte del recorrido hecho hasta el momento por la avenida de Juan Pablo II y la carretera Burgohondo, con pocas complicaciones salvo un repecho en el kilómetro 8 y medio de carrera (420 metros y desnivel de 3%).
Larga subida por la Avenida de Madrid
Al llegar al kilómetro nueve nos plantamos al pie de las murallas, pasado el puente de la Avenida de Madrid, junto a las antiguas Tenerías, y nos enfrentaremos a la cuesta que discurre paralela a las murallas. Esta subida sostenida se prolongará durante casi un kilómetro, con una pendiente próxima al 3%. Superado el obstáculo y llegados al kilómetro 10 de carrera, el trazado vuelve a alejarse de las murallas con un exiguo descenso de 200 metros por el paseo de Santa María de la Cabeza.
A partir de este punto el perfil no dejará de subir durante los siguientes cinco kilómetros hasta alcanzar su máxima altitud, aunque lo hará alternando subidas sostenidas sin gran dureza con pequeños descansos que apenas permiten recuperar fuerzas. La primera de estas rampas la encontraremos entre las calles Cardenosa, pasada la iglesia de San Martín, y el paseo de la Encarnación, que nos llevarán hasta el Monasterio de la Encarnación, que data del siglo XVI, y donde Teresa de Ávila permaneció casi ininterrumpidamente desde 1535 hasta 1574. Se trata de unos 500 metros con una pendiente media cercana también al 3%.
La carrera sigue hasta la iglesia de San Andrés, un templo del siglo XII ejecutado en granito caleño, donde nos aguarda una nueva rampa de apenas 400 metros, con una pendiente del 4,6%, a la que seguirá otra de unos 600 metros por la calle de Valladolid y la avenida de la Inmaculada. Entre el kilómetro 12 y casi 15 la carrera sigue sin entrar en las murallas y zigzaguea por los barrios periféricos, con un trazado que sigue subiendo, aunque más suavizado, y con algún tramo adoquinado como el de la calle las Madres, junto al Monasterio de San José.

Del kilómetro 15 al 16 encontramos una bajada que nos devolverá a la Avenida de Madrid para bordear de nuevo las murallas a la altura de la basilica de San Vicente, joya del románico español. El tramo por la calle Humilladero registra quizá la mayor concentración de público de la carrera. Pero el trazado vuelve a alejarse por la avenida de Portugal y la calle Eduardo Marquina hasta llegar a la emblemática plaza de Santa Teresa, escenarios de numerosos eventos, donde se ubica la iglesia de San Pedro.
Y por fin, las murallas
Desde la plaza de la Santa tomamos el agradable paseo del Rastro, saboreando ya las murallas, con una suave bajada de casi un kilómetro que nos llevará esta vez sí, en el kilómetro 18,5, a cruzar al interior de la ciudad amurallada por la plaza de la Santa. Los dos próximos kilómetros nos deparan calles estrechas y adoquinadas, algún que otro giro ciego, bastante público y un sinuoso trazado que irán desembocando en casi todas las plazas y monumentos de la ciudad amurallada. Pasaremos así por el Convento de Santa Teresa, el Torreón de los Guzmanes, la iglesia de San Juan, el palacio Episcopal, el Ayuntamiento, la capilla de Monsén Rubí y la Catedral. El primer kilómetro pica hacia arriba (pendiente del 3%), luego desciende, y luego vuelve a subir por la calle San Segundo (rampas de 300 metros al 4,5%) para luego volver a descender en esta misma calle.

El último kilómetro recorre la adoquinada Ronda Vieja, paralela a las murallas, que nos llevará hasta la explanada del Palacio de Congresos y Exposiciones Lienzo Norte donde se sitúa la merecida meta de esta monumental carrera, que se ha convertido gracias a sus organizadores y en sólo tres ediciones en todo un patrimonio para el corredor popular.
- Lo mejor: prácticamente todo, como hemos reseñado, con una organización que cuida todos los detalles, no sólo durante la carrera, sino antes y después, mimando al corredor popular. El servicio de guardería para los más pequeños sin duda un acierto (aunque inicialmente era al aire libre enseguida sus responsables encontraron una sala en el Hotel Cuatro Postes para que los más pequeños no pasaran frío), algo que deberían tener muchas más pruebas si lo que se pretende es fomentar la actividad física y la conciliación familiar. Quizá la primera mitad de la carrera tiene un recorrido menos atractivo, pero por las dimensiones de la ciudad sería imposible que toda su trazado se disputara por dentro o alrededor de las murallas, pues el perímetro de las mismas tiene poco más de dos kilómetros y medio y las calles son en general bastante estrechas para absorber tantos corredores.
- Lo peor: el día amaneció lluvioso, lo que restó algo de participación, aunque antes y durante la prueba no llovió dejando una mañana parcialmente soleada. Lo pero quizá fue el aire en contra en algunos tramos de la carrera.
- Imprescindible en Ávila: pasear por sus murallas, pues posiblemente Ávila es una de las ciudades amuralladas que mejor se conservan. La muralla puede recorrerse casi en su totalidad (entrada general a cinco euros y los menores de 12 años no pagan). Conviene también probar las famosas yemas de Santa Teresa (entre 4,5 y 5,5 € la caja de 12 unidades) y degustar la gastronomía de la ciudad, donde destacan sus carnes (con interesantes menús a partir de 8 €). Más información en la excelente web de AvilaTurismo
Ficha técnica
Carrera: III Media Maratón Ávila Monumental
Fecha: 4 de octubre de 2015
Lugar: Ávila
Distancia: 21,09 Km
Hora: 10:30
Precio: 11 €
Organiza: Club de Atletismo Ecosport
Participantes: 1.069
Clasificaciones: Masculina: 1) Jesús Antonio Núñez Sánchez (1:09:21); 2. Jorge Rodríguez Beneitez (1:12:25); 3) Luis Miguel Sánchez Blanco (1:14:44). Femenina: 1) Jacqueline Martín Álvarez (1:24:54); 2) Olga Justo Encinar (1:26:28); 3) Elena Holguer Izquierdo (1:33:25)
Clasificaciones completas: Media Maratón Ávila Monumental
Fotos: Media Maratón Ávila Monumental