Media Maratón de Somosierra 2018: El frío llega al Pico de las Tres Provincias

La Media Maratón Solidaria por Montaña de Somosierra, organizada por la Fundación Española de Montañismo y Deporte Adaptado (Femad) y la Sociedad Española de Montañismo y Escalada para Discapacitados (Semed), celebró el pasado 7 de octubre de 2018 su decimotercera edición. El frío, el viento y la niebla fueron los protagonistas de esta prueba solidaria que sube hasta Peña Cebollera o Pico de las Tres Provincias, donde confluyen los límites de las provincias de Madrid, Guadalajara y Segovia.
No tuvieron suerte los casi 150 corredores que este año se acercaron hasta el puerto de Somosierra para enfrentarse a su media maratón, una cita íntegramente solidaria, donde todo el importe de la inscripción -20€- va destinado a subvencionar las actividades deportivas en montañismo por personas con discapacidad de la Femad, en apadrinar niños en países en desarrollo y en ayudar en Nepal a la reconstrucción de infraestructuras sanitarias, arrasadas después del último terremoto. A pesar de haber comenzado ya el otoño, el verano daba sus últimos coletazos, pero ese día pasó de largo en el microclima del puerto de Somosierra. Todo lo contrario a lo que ocurrió un año antes, donde el sol y el calor fueron protagonistas.
La manga corta de los días previos fue sustituida por la ropa térmica, pues las nubes instaladas en la cima del Pico de las Tres Provincias dejaron temperaturas por debajo de los ceros grados.
Los últimos kilómetros de ascensión a esta cima fueron realmente molestos, pues ese frío venía acompañado de un fuerte viento lateral y una niebla que apenas permitía ver unos cuantos metros.
Sin lluvia, pero con mucha niebla
Al menos la lluvia se contuvo, a pesar de que los nubarrones se concentraron junto a la cima en los momentos previos de la salida. No obstante, a medida que avanzó la mañana, el día se fue despejando y fueron subiendo las temperaturas.Una lástima que el tiempo no acompañara, pues la niebla impidió disfrutar de unas maravillosas vistas de todas la llanura madrileña, manchega y castellanoleonesa desde las cumbres de la Sierra de Ayllón.
A pesar de este aire low cost, al destinar todo el importe de la inscripción a iniciativas solidarias, la Media Maratón de Somosierra ofrece todo lo que puede esperar un corredor de montaña. Además de una camiseta técnica y un avituallamiento final que incluye perritos calientes, caldo Aneto calentito, algo de fruta y bollería, dispone también un sencillo avituallamiento intermedio a la altura del kilómetro 5 -km 15 en la bajada- y un pequeño refrigerio en la cima del Pico de las Tres Provincias. Eso sí, el corredor deberá ir provisto de un recipiente para aprovisionarse de líquidos, pues nos encontramos en un espacio natural protegido.
En cuanto al recorrido, se trata de una prueba en la que se puede correr durante casi todo su trazado, a excepción de una trocha que se prolonga algo menos de un kilómetro, y que fue limpiada y ensanchada para la ocasión. Pero no es una carrera sencilla, pues tiene varios repechos duros en su primera mitad y un falso llano que se hace interminable. La media maratón de Somosierra acumula un desnivel positivo total que ronda los 880 metros repartidos entre algo más de sus 21 kilómetros de recorrido.
Una de las salidas más explosivas
La Media Maratón Solidaria por Montaña de Somosierra comienza en pleno puerto de Somosierra (1.444 metros) junto a la explanada de asfalto que hay próxima a la Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves. El aparcamiento no es un problema pues hay varias zonas para aparcar junto a la salida o en las pequeñas calles cercanas. Conviene calentar antes de comenzar la prueba, pues la salida de esta media es una de las más explosivas que uno se puede encontrar. Sin anestesia, los corredores se deberán enfrentar a una subida de casi un kilómetro por el camino Gamonal, con una pendiente media superior al 10%, y con algunas rampas que superan el 15%. Lo harán primero por un camino de asfalto que luego se transforma en un espacio abierto atravesado por un riachuelo.
Superado este duro escollo, que se va suavizando a media que se acerca a su final, afrontaremos 800 metros de descenso. La carrera discurre ya por una amplia pista de tierra, que será la superficie que nos acompañará durante casi todo el recorrido, salvo el kilómetro inicial y final, la subida por la trocha y unos escasos metros que discurren campo a través para aproximarnos a la cima de Peña Cebollera.
Terminado el descenso, la carrera no ofrecerá muchos momentos de descanso hasta alcanzar la cima de Peña Cebollera situada a la altura del kilómetro 8,5. Así, superado el kilómetro 1,5 encontraremos una primera rampa de unos 600 metros, con partes de cemento, y un desnivel medio superior al 12%.
Tras unos escasos metros para recuperar fuerzas, llegará otra rampa similar de casi 900 metros y un desnivel medio superior también al 12%, dividida en dos partes. Una primera de unos 600 metros más dura, con una pendiente media que casi llega al 15%, seguida de otros 300 metros algo más suaves al 9% de desnivel.
Un kilómetro de ascenso al 24% de desnivel
Salvados estos escollos, en el kilómetro 3,5 encontraremos un pequeño descanso, con cerca de medio kilómetro de bajada. En el cuarto kilómetro el perfil vuelve a empinarse, aunque hasta el kilómetro 4,5 no encontraremos una rampa más dura, con cerca de 800 metros y una pendiente media del 10%.
Esta subida por la pista concluirá cuando la misma se bifurca y nos espera el primer avituallamiento de la prueba, situado justo antes de comenzar el ascenso por la trocha. Este estrecho sendero, que permite el paso de un corredor y medio gracias a las labores previas de limpieza, se prolongará durante casi un kilómetro, con una pendiente media superior al 24% y con alguna rampa que roza el 40% de desnivel. Además de la pendiente, la dificultad añadida es que el viento pega de forma lateral y la niebla impide ver a una distancia de más de 20 metros.
El sendero prosigue por el lateral de la ladera, con algunos metros de llano, y subiendo de forma más suave. Regresa a una nueva amplia pista de tierra a la altura del kilómetro 6,5, a una altitud ya de 2.000 metros.
La niebla se va cerrando a medida que nos acercamos a la cumbre y hay un tramo donde el viento lateral empieza a soplar con más fuerza, pues nos encontramos en la ladera que bordea el límite entre Madrid y Castilla La Mancha.
Viento lateral y sensación térmica negativa
Los escasos dos kilómetros que quedan hasta la subida no son excesivamente complicados. La principal dificultad es el viento lateral, la niebla y el frío, con temperaturas cercanas a los cero grados y una sensación térmica mucho menor. No obstante, aún quedarán dos rampas, cortas pero intensas, hasta llegar al Pico de las Tres Provincias. La primera, la de Cabeza de Tempraniego, cerca del km 8, apenas tiene 300 metros, pero su desnivel roza el 17%, mientras que la segunda, la del Cerro del Recuenco, cuenta con algo más de 200 metros y un desnivel cercano al 9%.
Llegados a la cima, la niebla apenas deja ver el monolito que rinde homenaje a los Agentes Forestales. Sólo nos damos cuenta de que estamos allí por los ánimos de los voluntarios, que gritan y saltan para combatir el frío mientras ofrecen un pequeño refrigerio a los corredores.
A partir de ahí, nos esperan casi cuatro kilómetros de descenso por amplias pistas de tierra, sólo con algunas tímidas piedras en los metros iniciales. No se trata de una bajada técnica, por lo que es ideal para coger velocidad de crucero y empezar a disfrutar de las vistas de la llanura pues la niebla poco a poco se van dispersando.
Tras el descenso, un peligroso falso llano
A la altura del kilómetro 12,5 la bajada concluye y afrontamos una de las partes más engañosas de esta Media Maratón de Somosierra. Se trata de un falso llano, que de llano tiene poco, que se prolongará durante algo más de tres kilómetros y que tiene una pendiente media de 2,4%. Al cansancio de la subida hay que añadir el posible exceso de velocidad de la bajada, por lo que este tramo de largas rectas y de ligera, pero sostenida subida, puede atragantarse.
Terminado el falso llano, poco antes del kilómetro 16, llegamos al punto donde comenzaba la trocha para retomar el mismo camino que recorrimos en los cinco primeros kilómetros iniciales. Prácticamente todo vuelve a ser descenso, aunque hay que tener cuidado en los tramos de bajada que discurren por cemento debido a la pendiente.
Antes de llegar a la meta nos aguardan un par de pequeñas rampas en el kilómetro 18 y 19 y una algo más dura en el kilómetro 19,5, con 700 metros y una pendiente media del 5%.
En la meta espera un generoso avituallamiento final, situado en el pabellón polideportivo cercano, donde también hay un fisio.
Victoria de Santiago Castellano
Santiago Castellano Fernández (1:44:12) se impuso en la media Maratón de Somosierra, iniciando un octubre dulce, pues un par de semanas después también se llevó el triunfo en los 42 kilómetros de La Montaña Solidaria de San Lorenzo de El Escorial. Este año Santiago ha completado los 115 Km del Gran Trail de Peñalara y los 60 km del Riaza Trail Challenge. Jorge Cano Auñón (1:45:57) terminó segundo, mientras que Diego Díaz Ortega (1:47:36) finalizó tercero.
En categoría femenina, el triunfo fue para María Teresa González (2:15:16), con una cómoda ventaja de algo más de ocho minutos sobre Marisa López Sanchez-Oro (2:23:33). Rafaelina Mercedes Suero (2:25:28) concluyó tercera.
Para más información puedes consultar la web de Femad-Semed.
Un artículo muy completo y refleja perfectamente lo q nos encontramos en esta carrera. Me gustaría elogiar la labor de los voluntarios que nos estaban esperando en la Cebollera muertos de frío y que nos recibían dándonos animos.
Gracias por una descripción tan detallada de todo lo que significa la carrera. El año que viene ne animaré a apuntarme. El relato ha sido muy entretenido además