Lozoyuela Tactika Trail 2018: Entre montañas y dehesas

La tercera edición de la Madrid Lozoyuela Tactika Trail se celebró el pasado 6 de mayo de 2018 en esta localidad de la Sierra Norte madrileña. La prueba, tercera cita puntuable del circuito de carreras de montaña Madrid Tactika Trail, ofreció a los participantes dos recorridos de 25 y 11 kilómetros para disfrutar de un entorno natural.
Lozoyuela es una de las tres localidades junto a Navas de Buitrago y Sieteiglesias que conforman el término municipal de Lozoyuela-Navas-Sieteiglesias, enclavado en la Sierra Norte de Madrid. Es uno de los treinta municipios que pertenecen al Valle del Lozoya.
Lozoyuela ofrece numerosas rutas para los amantes del deporte y de la naturaleza combinando zonas llanas y de montaña. Está rodeado al sur por la Sierra de la Cabrera y su Pico de la Miel y al oeste por la Sierra de Mata Águila con el Cerro Bollero, Raxo de Mata la Peña y El Regajo, como cumbres más destacadas. Los tres arroyos que la bañan -el Jóbalo, el Recombo y el de la Nava de la Alameda- dan al municipio un colorido que reluce en primavera. Para más información puedes visitar la web de turismo de Lozoyuela, que ofrece numerosas rutas para disfrutar de este entorno natural a menos de una hora en coche desde la capital.
Esta situación convierte a Lozoyuela en un escenario ideal para albergar una carrera de montaña como el Madrid Lozoyuela Tactika Trail. El recorrido corto, de poco más de 11 kilómetros, se reparte en algo más de cinco kilómetros y medio de subida y otros tantos de bajada, con salida y llegada en la plaza de la Casa de la Cultura de Lozoyuela. No ofrece grandes desniveles, salvo un par de rampas de unos 300 metros cada una por encima del 10%, por lo que con un entrenamiento regular puede hacerse corriendo sin necesidad de caminar.
El recorrido largo, con unos 24 kilómetros y medio, ofrece bastantes más dificultades. Incluye un par de kilómetros en los que correr se antoja complicado, con rampas que oscilan entre el 20 y 40% de desnivel. Ambas pruebas parten de la mencionada Casa de la Cultura de Lozoyuela, lugar donde se ubican la meta y la recogida del dorsales. Se trata de una plaza amplia, con bancos, muros y mesas para descansar, con un pequeño parque infantil para niños y amplios espacios donde pueden aguardar los acompañantes.
Las cuestas empiezan en el asfalto
El primer kilómetro transcurre por el asfalto de Lozoyuela y muestra a los participantes que no será una carrera sencilla. Una pendiente media del 4% acompaña a los corredores en los primeros 1,3 kilómetros, que transitan por la Avenida de Madrid y cruzan el túnel por debajo de la A-1. Lo más complicado de este primer tramo por asfalto comienza superado el primer kilómetro, con 200 metros de subida pronunciada en la calle Prado Quemados, con rampas de entre el 10 y el 15% de desnivel.
Tras abandonar el asfalto, el recorrido sigue subiendo, y transcurre ya por caminos de tierra. Prácticamente los cinco primeros kilómetros son de subida sostenida, con una pendiente media del 5,4%, que nos llevará hasta el Cerro Perdigón. No obstante, esta parte se puede hacer aún corriendo, a pesar de que incluye algunas rampas duras a la altura del tercer kilómetro, con cerca de 300 metros a una pendiente media del 15%.
Antes del kilómetro 5, donde se ubica además el primer avituallamiento, las dos carreras se separan. La corta gira a la izquierda e inicia el trayecto de regreso a Lozoyuela. La prueba larga inicia una rápida bajada por una carretera ancha de tierra limpia que se prolongará durante casi dos kilómetros. Este tramo, quizá el más favorable de toda la carrera, permite a los corredores coger velocidad de crucero.
La alegría terminará a la altura del kilómetro 7,5. Entonces tomamos una vía pecuaria, en plena cañada real segoviana y empezamos a adentrarnos en la montaña. Entre ese kilómetro 7,5 y el 8,5 nos espera una dura subida, por carretera de tierra ancha, con un desnivel medio del 10%, pero con rampas que alcanzan el 15%.
A continuación encontraremos un kilómetro y medio de falso llano, que será la antesala de las primeras rampas realmente complicadas. Y es que a partir del kilómetro 10 encontraremos una subida de 2,5 kilómetros, con una pendiente media del 7%, pero con rampas -a la altura del kilómetro 11- que oscilan entre el 20 y 28%. El segundo avituallamiento con líquidos, golosinas y membrillo permite reponer fuerzas antes de afrontar lo que nos espera metidos ya en pleno bosque.
Rumbo a la cima de La Perdiguera
La parte más dura, no obstante, llegará después, rumbo a la cima de La Perdiguera, que corona esta prueba. Se trata de algo más de un kilómetros de subida, montaña arriba, que prácticamente comienza en el 12,5, con un desnivel medio del 26%. Transcurre por un estrecho sendero -cuando es visible- que escala la montaña, y que nos deja rampas que oscilan entre el 20 y 40%.
Coronada la cima de La Perdiguera, en el kilómetro 13,5, iniciamos un abrupto descenso que combina un amplio cortafuegos y tramos de senda durante más de dos kilómetros. Se trata en general una bajada rápida, no muy técnica, debido a que la lluvia y la nieve de las semanas previas han provocado la acumulación de arena, que han fijado las rocas, y quizá por ello apenas hay piedras sueltas.
Más o menos a la altura del kilómetro 16 afrontaremos una parte más llana, con varios toboganes, que nos conducirán al tercer y último avituallamiento intermedio de la prueba. A partir de este kilómetro 17,5 prácticamente la carrera se vuelve muy favorable para todos aquellos que aún tengan fuerzas. Se trata de algo más de cuatro kilómetros de descenso, nada pronunciado, que discurre por senderos, en plena dehesa. Los dos últimos kilómetros son bastante llanos y tras cruzar otro túnel bajo la A-1 nos espera la meta en el punto de partida.
Quizá la organización tendría que haber situado un último avituallamiento líquido entre el kilómetro 20 ó 21 pues esta última parte, a pesar de su trazado favorable, se hace algo dura, por el calor y porque la musculatura de las piernas de los corredores ya van bastante castigadas tras alternar subidas duras y bajadas muy rápidas. En la meta nos espera barra libre de líquidos (refrescos, isotónicas, cerveza, etc.) un plato de comida, además de duchas en el cercano polideportivo, aunque en esta ocasión falló el agua caliente. En resumen, una prueba muy recomendable para disfrutar de la naturaleza y pasar un día en un entorno como el del Valle del Lozoya. Bien organizada y señalizada.
Triunfos de Raúl Heras e Irati Ormazabal en la corta
Raúl Heras Martín (46:32) se impuso en la prueba corta, con sólo unos segundos de ventaja sobre Jorge Albiñana Navarro (46:35). Tomás Fernández Pozo (47:01) completó el podio de una carrera de 11 kilómetros que concluyó con 206 participantes. La donostiarra Irati Ormazabal Velez (57:39) fue la primera mujer en cruzar la meta, por delante de la madrileña Marta López Picado (58:23) y la islandesa Sara Metzger (1:00:27).
Guillermo Sánchez y Sandra Domínguez, ganadoras de la larga
En la carrera larga, con 174 llegados a meta, el ganador absoluto fue Guillermo Sánchez Ledo (1:16:53), por delante de Javier Manuel Peña Gómez (1:59:24) y Rony Gómez Payo (2:00:25). Sandra Domínguez Chávez (2:24:15) fue la primera fémina en cruzar la meta. Aurori López Luque (2:27:06) y Sonia Martín Ventura (2:40:25) la acompañaron en el podio.
Tras la disputa de tres pruebas de las siete que consta este año el circuito Madrid Tacktika Trail, Irati Ormazabal Vélez, con dos triunfos en otras tantas pruebas, lidera la general femenina corta. Por su parte, Raúl Heras Martín también suma dos triunfos en tres participaciones en la distancia corta. Sandra Domínguez Chávez , con dos triunfos en el circuito largo, y Javier Manuel Peña Gómez, con dos podios, liderarían el circuito largo. Para la próxima cita del circuito habrá que esperar al 15 de septiembre en Los Molinos. Para más información puedes consultar la página web del circuito Madrid Tactika Trail.