Carrera Pedestre Villa de Turégano 2016: Marca Segovia

Salida con el castillo al fondo. Foto: Turégano's Runners

Existe un dicho entre los runners madrileños que dice que cuanto más te alejes del centro de Madrid, la carrera será mejor. Salvo muy pocas excepciones, sólo encontramos allí el duro asfalto de la multitud de carreras que copian los dos o tres recorridos autorizados; todas vespertinas, salvo una nocturna; con avituallamientos finales que coinciden en su escasez; con la única animación de algún turista despistado y donde el corredor parece ser sólo un número más.
Donde las carreras para los más pequeños son inexistentes por lo que la promoción en estas edades del deporte y de los hábitos saludables se queda en un mero eslogan. Las iniciativas ligadas al atletismo fuera del ámbito escolar son escasas, sin darnos cuenta de que enseñando a correr a los niños desde pequeños quizá en un futuro esos niños convertidos entonces en adultos no colapsarían la sanidad pública, como sucede ahora, por padecer en muchos casos enfermedades ligadas al sedentarismo o que se agravan debido a la ausencia de ejercicio físico. Otro debate.
Por ello, para un corredor de asfalto, encontrar un circuito de carreras pedestres como el de Segovia es un auténtico lujo. Turégano, que el pasado sábado 30 de julio celebró la sexta edición de su carrera pedestre, es un buen ejemplo de lo que suele ser una carrera fuera de una gran ciudad, algo que afortunadamente encontramos en casi todas las pruebas del circuito segoviano.
Cuidando al corredor
Cuenta con un recorrido entretenido, duro también, pero entretenido, con constantes sube y baja. Dispone de hasta tres avituallamientos líquidos intermedios con agua fresquita, a pesar de que nos encontremos en ese momento a más de 30 grados a la sombra. La prueba de Turégano cuenta igualmente con carreras para los más pequeños, gratuitas, para fomentar valores y hábitos saludables que los gobiernos olvidan cuando termina la etapa escolar. A ello hay que sumar un completísimo avituallamiento final, con fruta, agua, refrescos, sorteos, con una consumición en uno de los bares del pueblo y una entrada al castillo, sin mencionar una generosa bolsa del corredor con artículos tan prácticos como una bandolera para correr o una gorra, además de una camiseta. Cuenta además con duchas en el polideportivo de la localidad e hinchables para los más pequeños.
Tampoco conviene olvidar la sensación, como nos contaba otro runner madrileño antes de la salida, de estar respirando un aire limpio sin la habitual boina de contaminación que cubre el cielo de Madrid. Y todo con la sensación de no ser un número más, escuchando aplausos cuando cruzas la meta y recibiendo ánimos de los voluntarios que conforman el escaso público desperdigado por el recorrido. Quien haya corrido por el centro de Madrid alguna carrera de las menos populares conocerá como una ciudad tan ruidosa como Madrid puede ser en ese momento tan silenciosa.
Con todo, nos sigue sorprendiendo la escasa participación que tienen este tipo de pruebas en Segovia. Porque en Madrid (hablamos de la capital, sobre todo del centro) ninguna prueba aguantaría un asalto en la relación calidad-cantidad-precio con cualquier prueba del circuito segoviano. No sabemos si se debe a la escasa densidad de población de a provincia, a la escasez de runners, a la falta de atención que se presta a este deporte en los colegios segovianos (al igual en Madrid, donde o los niños se apuntan a un club o correr no existe salvo como juego o castigo hasta que te alcanza la crisis de los cuarenta).
Quizá también tiene algo que ver la escasa promoción que de este tipo de pruebas hacen instituciones como la Diputación de Segovia, patrocinador del circuito, pero que no hace ni una sola referencia al mismo en su página web ni siquiera en las redes sociales donde está presente. Sorprende que no se promocione este tipo de eventos en medios gratuitos, cuando en el fondo es una forma de promocionar la Marca Segovia, porque hablamos de deporte, pero también de turismo, pues por ejemplo Turégano tiene uno de los castillos mejor conservados de la provincia.
Carrera de 5 Km
Volviendo a la carrera de Turégano, la prueba tiene todo lo que puede pedir un corredor y, este año, a la carrera larga, a la marcha de andariegos y a las carreras infantiles previas se le sumó una prueba corta de cinco kilómetros. No obstante la participación en las categorías de adultos se mantuvo casi en los mismos niveles que el pasado año (124 entonces por los 125 de este año sumando ambas pruebas), logrando al menos poner fin a la caída en la participación de años anteriores (un 35% menos hasta 2015). Al menos, en las carreras de menores el aumento fue más significativo.
La sexta edición de la Carrera Villa de Turégano mantiene el recorrido de anteriores ediciones. Una primera parte más exigente, que casi siempre pica hacia arriba, y una segunda mitad algo más suave. Tras abandonar la plaza mayor, con la silueta de su imponente castillo celtíbero de Turégano al fondo, los poco más de 600 metros de asfalto se transforman en el camino de tierra de la Calle Arenal. En los tres primeros kilómetros la pendiente media alcanza el 1,4%, aunque cuenta con algún que otro tramo llano.

A partir del tercer kilómetro, empezamos a encontrarnos con las primeas dificultades. En primer lugar una subida de casi un kilómetro con un desnivel medio del 3,6%. Después, y tras el primer avituallamiento líquido intermedio, casi 400 metros de descenso a los que seguirán un repecho de casi 400 metros con una pendiente media del 5%. La siguiente rampa nos aguardará antes del kilómetro 6, con cerca de 300 metros y un desnivel del 3%.
Superado el kilómetro 6, afrontamos un larga y suave bajada de casi un kilómetro antes de enfilar el penúltimo tramo complicado de la prueba. Así, tras el segundo avituallamiento líquido intermedio de la carrera, nos aguada una subida de unos 200 metros con una pendiente media de casi el 5%.

Tras esta subida la prueba se suaviza al fin y prácticamente los cinco kilómetros siguientes serán de bajada hasta llegar a las calles de Turégano, con sólo algún pequeño repecho donde nos espera el tercer avituallamiento líquido de la prueba y los ánimos de sus voluntarios.
En los dos últimos kilómetros prácticamente desandaremos el recorrido inicial aunque recorriendo parte del perímetro de las calles de Turégano, donde antes de llegar a la meta situada en la plaza mayor nos espera, a la altura del kilómetro 12 una incómoda tachuela de escasos 200 metros con una pendiente que ronda el 5%.
Alberto Vigil y Marta Virseda repiten
Alberto Vigil García se impuso en la carrera larga, logrando además su segundo triunfo consecutivo en el circuito tras imponerse dos semanas antes en la cita de Fuenterrebollo. Pedro Luis Gómez Moreno, ganador del circuito segoviano hace dos ediciones, repitió el segundo puesto del pasado año con escasos segundos por detrás de Vigil, mientras que Manuel Espinar Zamarreño fue tercero. En categoría femenina Marta Virseda sigue sin dar opciones y logró su cuarto triunfo consecutivo en Turégano y el segundo consecutivo tras imponerse también en Fuenterrebollo. Gema Llorente Martín y Gema Pinela Postigo completaron el podium femenino. En la carrera corta, novedad en esta edición, Santos Francisco Santa Elena y Claudia Velasco Jiménez, en categoría femenina, fueron los más rápidos.
Ficha técnica
Carrera: VI Carrera Pedestre Villa de Turégano
Fecha: 30 de julio de 2016
Lugar: Turégano (Segovia)
Distancia: 12,700 Km
Hora: 19:30
Precio: 10€
Organiza: Ayuntamiento de Turégano
Participantes: 125 (en ambas pruebas)
Clasificaciones: Masculina: 1) Alberto Vigil García (46:58); 2) Pedro Luis Gómez Moreno (47:01); 2) Manuel Espinar Zamarreño (47:37) Femenina: 1) Marta Virseda Virseda (56:46); 2) Gema Llorente Martín (59:51); 3) Gema Pinela Postigo (1:06:19)
Clasificaciones: Turéganos’s Runners y Youevent
Fotos: Turéganos’s Runners