Media Maratón de Mérida 2014: Un recorrido por la Historia (I)

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Los corredores a su paso por el Circo Romano. Foto: Diario Hoy
Los corredores a su paso por el Circo Romano.                            Foto: Diario Hoy

Decía el speaker en los momentos previos del inicio de la octava edición de la Media Maratón de Mérida que esta prueba había que tomársela con calma porque era una carrera para disfrutarla. Efectivamente, la sensación durante gran parte de su recorrido es la de estar haciendo una visita guiada a Mérida, una ciudad milenaria fundada en el año 25 a.C. por el emperador Octavio Augusto para servir de retiro a los soldados veteranos (eméritos). La antigua Emérita fue capital de la provincia romana de Lusitania y también del Reino Visigodo de Hispania. Desde 1993 presume de ser  ciudad Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, debido a su riqueza monumental romana, visigoda y musulmana, una realidad que comprobaremos durante el espectacular recorrido de esta media maratón.

MM Merida track 2014La salida, a las 11:00 de la mañana para facilitar la llegada de corredores de toda la comunidad, arranca en la Avenida de la Libertad, situada en la parte más nueva de una ciudad que el Guadiana divide en dos mitades. Rápidamente giramos a la derecha y  tomamos el Puente Lusitania,  diseñado por el arquitecto Santiago Calatrava, con 480 metros de longitud. Tras cruzar el Guadiana y adentrarnos en la orilla más antigua de Mérida, empezamos a ver los primeros monumentos que hacen de la capital de Extremadura la ‘Roma española’. La réplica de la estatua del Augusto de Prima Porta, regalada por el dictador italiano Benito Mussolini a las ciudades hispanas fundadas por el emperador Augusto (Zaragoza tiene otra), es el primer aperitivo que nos ofrecerá la carrera.

Durante el primer kilómetro bajamos por el Paseo de Roma hasta plantarnos en la Plaza de Roma donde se ubica otra réplica regalo de la ‘Ciudad Eterna’, en este caso de la famosa loba capitalina o Luperca que amamanta a Rómulo y Remo, los fundadores de la ciudad que dio origen a un imperio. Desde esta misma glorieta contemplamos los muros de la Alcazaba árabe, la fortaleza construida por Abderramán II en el año 835 d. C. y en cuyo interior destaca el aljibe con su impresionante y empinada bajada subterránea. Dejamos atrás la glorieta de Roma y tomamos el adoquinado Puente Romano para regresar a  la zona nueva de la ciudad. El Puente, con casi 800 metros de longitud y 60 arcos, es uno de los más largos y antiguos que se conservan en España.

Cruzado el puente nos plantamos en el kilómetro dos de la prueba y nuestra cita con la Historia nos dará un respiro de cuatro kilómetros. Tras atravesar el Paseo de los Rosales tomamos la Carretera de Madrid durante más de tres kilómetros en los que volvemos a cruzar al otro lado del Guadiana, esta vez por el Puente Nuevo, para llegar a una zona más industrial, alejada del conjunto histórico de la ciudad. No obstante, en estos kilómetros pasaremos cerca de la Plaza de Toros de San Albín a cuyos pies se ubican la Casa del Mitreo y el conjunto funerario de los Columbarios, justo en la parte más empinada de este tramo que se inicia pasado el Puente Nuevo.

Foto: Diario Hoy
Foto: Diario Hoy

Tras una ligera subida que se prolonga durante un kilómetro hasta llegar al polígono industrial Reina Sofía, quizá la parte menos agraciada del recorrido, la prueba, llegado el kilómetro seis, vuelve a situarnos en la Mérida histórica. Dos figurantes disfrazados de soldados romanos custodian nuestra entrada al Circo Romano por cuyo césped correremos durante algo más de 300 metros como las cuadrigas de antaño. El Circo de Mérida era uno de los mayores de la época, con capacidad para 30.000 espectadores – aunque sus gradas apenas se conservan-, con  440 metros de largo y 115 metros de ancho. A cada lado de nuestro triunfal paso por el Circo nos flanquean hieráticos soldados y animosas doncellas romanas, así como guerreros emeritenses que saludan nuestro paso golpeando sus escudos.

Abandonamos el Circo pasando debajo de dos nuevos soldados romanos – la foto no tiene precio- y la carrera, ya en el kilómetro siete, vuelve a subir por la Avenida de Extremadura, contemplando los escasos restos del Acueducto de San Lázaro, construido en el siglo I para evitar las crecidas del río Albarragas. Lamentablemente  sólo se conservan tres pilares –el resto fue reconstruido en época renacentista (siglo XVI)- y a sus pies se sitúan las termas de San Lázaro. Tras pasar un túnel y superar un pequeño repecho llegamos en el kilómetro ocho a la puerta de la Basílica de Santa Eulalia, uno de los primeros templos cristianos levantados en Hispania, que se alza sobre el túmulo funerario de Santa Eulalia, la niña mártir y patrona de la ciudad, y en la que se pueden visitar una cripta con varias tumbas de la época romana y visigoda.

Foto: Atletismoex
Foto: Atletismoex

Pasada la Basílica, recuperamos el aire durante unos 500 metros en la bajada por la calle Marquesa de Pinares y, tras cruzar por un túnel el Puente de Hierro, que este año cumplirá 131 años, y posteriormente el arroyo de Albarregas, ponemos rumbo pasado el kilómetro nueve al Acueducto de los Milagros. Allí recorremos casi un kilómetro por el camino de tierra del parque levantado en torno al acueducto, plagado de animoso público. El acueducto, muy bien conservado, fue construido en dos fases entre el siglo I y III d.C. Cuenta con 25 metros de altura y 830 metros de longitud y se utilizaba para trasvasar el agua a la ciudad procedente del cercano Pantano de Proserpina. Hasta aquí prácticamente habremos llegado al ecuador de esta media si sufrir demasiado, aunque dejando atrás un par de cuestecitas, como la que hay cerca de la plaza de toros o la que se encuentra a la altura de la Basílica de Santa Eulalia.

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